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Alfredo Santillán: entre computadoras y astrofísica

Alfredo Santillán: entre computadoras y astrofísica

Fuente Agencia Informativa CONACyT, Tania Robles

Las computadoras, la educación y la ciencia básica son partes fundamentales en la vida y carrera del doctor Alfredo J. Santillán González, científico mexicano que ha dedicado su vida al desarrollo de la computación en México y su relación con la astrofísica.

Investigador de la Dirección General de Cómputo y de Tecnologías de Información y Comunicación (DGTIC) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dedica sus horas de trabajo en realizar simulaciones numéricas en supercomputadoras para el estudio de diferentes fenómenos astronómicos, además de colaborar con personal de su dependencia para el desarrollo de aplicaciones educativas para dispositivos móviles.

Un buen comienzo

Proveniente de una familia promedio, de madre secretaria de un banco y padre administrador, ellos apoyaron e inculcaron el conocimiento en Alfredo y sus hermanos desde pequeños. “Sin duda, tuve buenos maestros de física y matemáticas porque siempre me gustó, aunque una de las partes curiosas de mi vida es que de niño yo quería ser un sacerdote más que científico. Luego en la secundaria fui muy feliz con la física y matemáticas”, contó Alfredo Santillán.

Indeciso por escoger carrera y con la primera idea de ser ingeniero químico, “aunque yo no sabía qué hacía un ingeniero, sabía que tenía que saber matemáticas y física que me gustaban, además tenía un vecino que estudiaba matemáticas en la UNAM y me platicaba con mucha pasión sobre el contenido de sus libros, eso me interesaba sobremanera. Cuando hice el examen a la UAM tenía que escoger algo y elegí física porque era de lo que yo creía más sabía”, contó.

Fue aceptado en la carrera de física en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), unidad Iztapalapa, “pero me fue muy mal. Ahí te das cuenta de las deficiencias de la educación media superior; aunque suene extraño, ahí le tomé amor a la física. Había algo curioso en ella que me encantaba, me gustaba mucho encontrarme cosas que no podía hacer, y hasta hoy en día llevo esa filosofía, que las cosas que puedes hacer llegan a ser aburridas. Prefiero los problemas que no sé por qué son los que te mantienen entretenido”, platicó.

En la UAM tuvo la oportunidad de ser alumno de Leopoldo García-Colín, importante físico mexicano con quien además trabajaría en la Universidad Iberoamericana posteriormente. “En esa época, los grupos de investigación en física de la UAM no eran muy grandes, ya que eran grupos nuevos, en particular había uno de cosmología donde conocí a un joven investigador que volvía de Inglaterra, Jaime Klapp, que fue el causante de que me involucrara en el cómputo”, añadió.

Al finalizar la licenciatura, Alfredo Santillán colaboró con su colega Jaime Klapp y tradujo sus programas de lenguaje de computación a ecuaciones sobre el desarrollo y evolución de las estrellas, programas que contenían física muy compleja y que le permitieron aprender a programar. “Se me hacía curiosa la forma en la que se estructuran los programas, comenzó a formarse en mi cabeza la forma de pensar así y después de 30 años tengo la facilidad de identificar o programar de una manera sencilla”, dijo.

Durante esa época, el joven físico Santillán fue invitado a integrarse al nuevo posgrado de la UNAM para la maestría en astronomía, “de nuevo me fue fatal, el lenguaje de astronomía era completamente nuevo para mí. Podrás ser buen físico pero la astronomía es diferente. Silvia Torres fue mi maestra y, sin duda, me ayudó sobremanera a aprender astronomía”, agregó.

Luego de la maestría, Santillán se acercó al recién llegado a México, José Franco, quien para él fue su mejor profesor con un entendimiento total de la física aun en su ramo de la astronomía. Se asociaron y realizó su tesis doctoral sobre medio interestelar bajo su tutoría y la de Marco Martos usando computadoras para resolver problemas físicos con soluciones no analíticas, lo que se conoce como física no lineal. “En particular, José Franco se dedicaba al estudio de explosiones de supernova, y cuando pude modelarlas en un computador me sorprendí mucho”, contó.

Para esto, Santillán estuvo cercano desde los inicios del supercómputo en la UNAM con la llegada del ordenador Cray-YMP/464 en 1991, primera supercomputadora en Latinoamérica y con la posibilidad de tener como profesores a Christine Allen y Arcadio Poveda en una época de reformas en el área de cómputo de la UNAM. Por fortuna para el investigador, su profesora, Christine Allen, fue nombrada directora del área de investigación, quien lo arropó junto con Poveda en sus líneas de investigación siendo en colaboración con estos importantes personajes, sus primeros artículos de investigación publicados en dinámica galáctica.

A la par con su trabajo con la computadora de la UNAM, Alfredo Santillán fue enviado a Houston, Estados Unidos, a capacitación. Posterior a esto se fue especializando en la utilización de códigos y lenguajes de programación más complejos, “la astronomía requiere procesos complejos y grandes computadores”, comentó.

A partir de sus colaboraciones en el extranjero y con la ayuda de José Franco, comenzó a realizar congresos de astrofísica entre México y Corea del Sur, entre los cuales uno de los más importantes fue realizado en El Colegio Nacional y entre los que se planeaba derivar en inversión extranjera en México para la construcción de telescopios.


También estuvo presente en la creación del Instituto de Física y Astronomía de la Universidad de Valparaíso, Chile, en donde ha colaborado en investigaciones, ha sido profesor y sinodal en exámenes de estudiantes de esta institución en el área de astrofísica computacional. Polonia, México y Corea del Sur son otros países en donde ha realizado estancias de investigación.

 

Un espíritu incansable

Ha sido miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI) y desde hace 25 años labora en el DGTIC como investigador titular donde realiza su investigación en astrofísica computacional, misma dirección en la que ha sido coordinador de la Unidad de Investigación de Cómputo Aplicado. También trabaja en divulgación científica y el acercamiento de la ciencia a niños, por lo que ha sido asesor de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM. Además fue fundador de la Red Temática del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) de Supercómputo.

Durante su carrera, ha sido invitado como miembro del Comité Regional de Promoción de Ciencia y Tecnología e Innovación del Estado de Tamaulipas, presidente del Comité de Aplicación y Asignación de Fondos de la Corporación Universitaria para el Desarrollo del Internet (CUDI); además es miembro de la International Astronomical Union y del Comité Nacional del International Supercomputing Conference in Mexico.

Finalmente, su más reciente actividad es realizar aplicaciones para dispositivos móviles como tablets y celulares basados en juegos tradicionales mexicanos pero con una temática de astronomía —como serpientes y escaleras o lotería—, para acercar la ciencia básica a niños, un paso más en su carrera como divulgador y científico.

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