Dinámica y moderna, la capital de Chihuahua ofrece numerosas opciones para disfrutar. Admira su sorprendente arquitectura colonial y no dejes de saborear su exquisita gastronomía. ¡Te encantará!.
Ciudad nacida en 1709 con el nombre de Villa de San Francisco de Cuéllar, en honor a la orden del primer religioso que llegó a estas tierras, y bautizada así por el español Antonio Deza y Ulloa, gobernador que eligió este lugar para fundar la ciudad, debido a las cercanías de los ríos Chuvíscar y Sacramento, Chihuahua es una urbe fantástica.
Caminar por la capital de Chihuahua es como viajar a través del tiempo. El estado con más extensión territorial del país, que originalmente fue habitado por la tribu de indígenas Conchos, deja ver con orgullo la riqueza que heredó de la época colonial en sus templos y casas.
Rodeada por pequeñas serranías, en la ciudad de Chihuahua es posible realizar diversas actividades turísticas al aire libre, desde jugar golf hasta hacer expediciones a minas abandonadas, explorar cuevas y caminar por bosques para hacer un safari fotográfico.
Los de espíritu sibarita también encontrarán en Chihuahua otras alternativas para su itinerario de viaje, como un recorrido gastronómico para degustar el popular caldo de oso, o descubrir el sabor del sotol, el destilado de agave típico de la región.
Los viajes familiares son una auténtica experiencia sensorial. Un plan de viaje puede incluir una visita a las grutas Nombre de Dios, caminar por el Paseo Bolívar para admirar las casonas y acudir a los festivales culturales y deportivos, como el Festival de Globo, un espectáculo de globos aerostáticos que pinta de colores el cielo de la ciudad.
Chihuahua, gracias a su enorme extensión territorial, cuenta con la espectacular belleza de tres Parques Nacionales: Cascada de Bassaseachic, Parque Natural Cumbres del Cobre y Cumbres de Majalca, éste último ubicado a poco más de 45 minutos de la ciudad.