El principal
propósito que me anima a compartirles las experiencias
y reflexiones sobre lo que ha sido la educación
abierta y a distancia en la Universidad de Guadalajara
y cuales son nuestras expectativas, es porque creo que
de diversas maneras estas vivencias pueden contribuir,
aunque sea en una mínima parte, a acrecentar
sus referencias e información acerca de la educación
a distancia y con ello fortalecer los conocimientos
que alimenten la toma de decisiones en este campo. En
el mismo sentido de colaboración, espero que
los comentarios, críticas y aportaciones que
sean motivados por esta plática, nos sean de
provecho para enriquecer nuestras propuestas y prácticas
educativas. Platicar nuestras experiencias y reflexionar
con quienes compartimos motivaciones y propósitos
educativos, además de gratificante enriquece
nuestra cultura educativa y anima nuestros esfuerzos
por seguir adelante.
Como punto
de partida quiero poner como telón de fondo las
promesas que se hacen en nombre de la educación
a distancia, porque tenerlas presentes al pensar en
su historia y vislumbrar sus perspectivas, nos ayuda
a orientar el rumbo al reflexionar en que medida lo
cumplimos, podemos cumplir o forma parte d nuestros
propósitos, así, prometemos:
1. Mayor cobertura
educativa, con más equidad.
2. Programas educativos adecuados a condiciones de estudio
y trabajo de los participantes, en especial, la posibilidad
de superar los problemas de tiempo y espacio.
3. Autogestión y autodidactismo.
4. Nuevos modos de aprender y enseñar.
5. Revalorar, recuperar y basarse en la cultura y experiencias
de aprendizaje de los estudiantes.
Por otra parte,
tenemos los grandes desafíos que deben enfrentar
las instituciones educativas, empezando por los rezagos
en cobertura y calidad que tradicionalmente no han podido
ser satisfactoriamente resueltos, a los que se suman:
la globalización, que nos pone en la disyuntiva
de irnos con las tendencias mundiales o el refugio en
la identidad comunitaria; la totalización económica,
donde la educación parece ir dejando su carácter
de bien público, derecho social y obligación
del estado para convertirse en un producto más
del mercado y el rápido desarrollo de la ciencia
y la tecnología que deja rezagados o por lo menos
en una carrera desesperada al currículo universitario.
Aquí es donde surge una gran interrogante: ¿Hasta
que punto las instituciones educativas con sus actuales
políticas, organización, estrategias y
modos de gestión están preparadas para
enfrentar estas situaciones y como la educación
a distancia y la incorporación de las tecnologías
de la información y la comunicación pueden
contribuir con su potencial y peculiaridades? Ese es
el gran desafío y es en ese marco que presento
nuestras experiencias.